En 1893 fundó Dürrenstein en el tradicional pueblo relojero de Glashütte su propia fábrica de reloj. Para demostrar su capacidad relojera, En 1990 encargó John Dürrenstein al maestro relojero Julius Bergter la construcción de un reloj especialmente complejo que debía superar el calibre, de la complicación más exitosa hasta entonces, el Grande. Con 18 complicaciones, el reloj ha sido considerado como el más complicado reloj en el mundo. Desde 1990 pertenece la Unión a Glashütte Original, que se centra en los puntos fuertes de la marca tradicional. Los modelos más populares son: Bergter, Belisario, Noramis, Seris, Diplomat y Klassik.